Meteoros
También llamado "estrella fugaz", el meteoro es un fenómeno luminoso producido en la alta atmósfera por la ionización del aire causada por los meteoroides que cruzan la atmósfera terrestre.
De acuerdo a su terminología se clasifican en:
- Meteoroide: son partículas de polvo y hielo o rocas que se encuentran en el espacio.
- Meteoro: es un fenómeno luminoso que se produce cuando un meteoroide atraviesa la atmósfera.
- Meteorito: son los meteoroides que alcanzan la superficie de la Tierra debido a que no se desintegran por completo en la atmósfera.
El meteoro se origina en la atmósfera superior de la Tierra a altitudes de 85 a 115 kilómetros, producida por el ingreso en la tierra de un meteoroide a alta velocidad.
El fenómeno de los meteoros puede producirse por: una corriente de meteoros, que son partículas que comparten una misma órbita alrededor del Sol; o, por partículas solitarias y de carácter aleatorio, que son llamados meteoros esporádicos.
La aparición de meteoros es un hecho muy frecuente y generalmente se ven a simple vista, con excepción de los llamados meteoros telescópicos que necesitan de binoculares para su observación. En una noche oscura y despejada se pueden detectar sin ayuda de instrumentos hasta 10 meteoros por hora, pero a intervalos irregulares (pueden pasar diez o veinte minutos sin que observe ninguno); sin embargo, en las épocas de lluvias de estrellas se llegan a observar de 10 a 60 por hora (uno cada minuto)
Cuando se trata de lluvias de meteoros, las trayectorias de las diferentes estrellas fugaces parecen provenir de un mismo lugar de la esfera celeste, punto al que se da nombre de radiante. Es un efecto de perspectiva, pues todos van paralelos, pero igual que las vías el tren, parecen converger hacia el infinito. El radiante tiene relación directa con la órbita de los meteoroides que originan la lluvia de meteoros.
Las lluvias de meteoros más importantes llevan el nombre de las constelaciones en que se encuentra el radiante, al que se añade la letra griega de la estrella más próxima, por ejemplo las Líridas, las Perseidas, las Leónidas, etc.
Un meteoroide que no se consume en su paso por la atmósfera (fase en la que es visible como meteoro) y llega a estrellarse en la superficie terrestre, dada su energía, puede producir un cráter de impacto. El material fundido terrestre que se esparce de tal cráter puede enfriarse y solidificarse en un objeto conocido como tectita. Los fragmentos del cuerpo extraterrestre se denominan meteoritos.
Las partículas de polvo de meteoro dejadas por meteoroides en caída pueden persistir en la atmósfera hasta algunos meses. Estas partículas pueden afectar el clima, ya sea por dispersar radiación electromagnética o por catalizar reacciones químicas en la atmósfera superior.
Origen de los Meteoros
Los meteoritos son muestras de los cuerpos planetarios, principalmente de los asteroides. Para conseguirlas, dependemos de su caída. Son imprescindibles para poder dar un primer vistazo a los materiales que constituyen el sistema solar interno.
Los meteoritos más antiguos son residuos de los primeros procesos que tuvieron lugar en nuestro sistema solar, hace 4.600 millones de años. Nuestro sistema solar se formó por contracción de una nube interestelar de polvo y gas. Como esta nube giraba lentamente sobre sí misma, dio lugar a un disco aplanado en rotación llamado Nebulosa Solar. La mayor parte del polvo y el gas se acumularon en la zona central de la nebulosa, engrosando poco a poco la protoestrella que habría de convertirse más tarde en nuestro sol.
Estructura y Composición de los Meteoritos
Los distintos meteoritos se formaron mediante procesos diversos en cuerpos muy variados. Por tanto sus propiedades físicas y químicas son también muy variadas. Algunos meteoritos son fáciles de identificar, especialmente las condritas primitivas, pues tienen un aspecto muy diferente del de cualquier roca de origen terrestre. Otros, en cambio, y particularmente las acondritas, se originaron por el mismo tipo de procesos ígneos que tienen lugar en la Tierra, y pueden ser difíciles de reconocer.
Condritas Primitivas: tienen una corteza de fusión de color negro o gris oscuro y el interior de color gris más claro. En las superficies obtenidaspor fractura se distinguen tres componentes estructurales básicos: los cóndrulos destacan como gránulos u oolitos semienterrados en un material de grano fino, generalmente blando, poroso y de color gris, como grafito esponjoso, que se llama matriz. Tanto en los cóndrulos como en la matriz predominan los minerales olivino y piroxeno, o sus productos en alteración. A veces contienen pequeños gránulos metálicos dispersos que destacan por su brillo en las superficies de fractura reciente.
El tercer componente de las condritas primitivas son las inclusiones refractarias. Algunas son esféricas, pero normalmente son de forma ameboide, Contienen minerales, como feldespatos, abundantes en las rocas terrestres de color claro, como el granito, y por eso destacan como manchas claras en la matriz gris.
Condritas Equilibradas: la mayor parte proceden de condritas primitivas corrientes. Aunque suelen ser de color gris, pueden adquirir color blanco, amarillo o ligeramente anaranjado. Si se formaron por impacto en la superficie de un asteroide pueden ser de color oscuro. La corteza de fusión, cuando está alterada, suele tener aspecto oxidado, anaranjado. Aunque contengan metales, predominan los olivinos, piroxenos y feldespatos, por lo que su densidad es parecida a la de las rocas terrestres.
Meteoritos Metálicos: son densos y compactos. Su peso es mucho mayor que el de las rocas de tamaño similar procedentes de la corteza terrestre. En su interior su color es plateado, que a menudo presenta una estructura cristalina en forma de placas cruzadas. Su corteza consiste en una pátina muy fina de color marrón y suele tener muescas o surcos, que se producen por ablación, al penetrar en la atmósfera terrestre a gran velocidad.
Palasitos: son mezclas de metal y silicatos. Su densidad es mayor que la de las rocas ordinarias. El aspecto de su superficie cambia con el tiempo, a causa de las distintas velocidades de alteración de sus componentes. Al poco tiempo de caer, la corteza de fusión es de aspecto suave y color negro o marrón, como en los meteoritos metálicos o en las acondritas. Los más viejos tienen la superficie irregular y manchada, con zonas de aspecto oxidado, de colores anaranjados o amarillentos. En su interior aparecen grandes cristales de olivino, de color verde, amarillo o marrón, rodeados por una matriz metálica, plateada, brillante.
Acondritas: se formaron a través de los mismos procesos geológicos que tienen lugar en nuestro planeta. Se distinguen sólo por la presencia de una corteza de fusión inalterada. Algunas acondritas son brechas, consisten en una mezcla de clastos angulosos, claros y oscuros.
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